Ayer tuvimos domingo cultural. Acudimos con unos amigos a la exposición S.P.Q.R en Madrid, la cual había despertado en mi expectativas que finalmente no se cumplieron del todo.
La exposición cuenta con 476 piezas de 9 museos distintos. Las piezas son increíbles: desde joyas hasta pinturas murales de las casas, mosaicos, bustos, torsos, monedas, así como elementos de la vida cotidiana. Hay que destacar el conjunto escultórico inédito cedido por el Museo de Segóbriga, hallado hace tres años y restaurado para esta ocasión.
No entiendo por qué con esta magnífica base de obras para realizar una exposición, no se realiza un complemento documental adecuado.... Las audio guías aportaban información poco útil, sin profundizar (ni siquiera muchas veces centrarse) en las obras que describían, realizando un recorrido imposible de seguir sin perderse, un recorrido desordenado que te invitaba a buscar el número de referencia de la locución como si estuvieras jugando al escondite con ellos....
La proyección elaborada para la ocasión, una comparativa de la historia del Imperio Romano desde Rómulo y Remo hasta su caída a través del cine, termina por confirmarte el poco cariño con el que se ha realizado esta exposición. Resultan 15 minutos en los que cuando sales, te sientes como si te consideraran como un niño de primaria (con el nivel que primaria tiene hoy en día).
En fin, tanto la comisaria científica de la exposición, Isabel Rodá como el encargado del diseño expositivo, obra de Manuel Blanco, no han tratado con cariño esta exposición.
