martes, 7 de octubre de 2008


Era uno de los chicos más guapos del barrio.
Esperaba el autobús de su colegio con su americana azul adornada con un escudo y su pantalón gris planchado con raya. Siempre con el pelo negro engominado y su mandíbula perfectamente cuadrada.
La última vez que hablé con él, se iba a casar con una niña pija hija de un empresario inmobiliario.
Comenzaba una nueva vida en Pozuelo, con su licenciatura en derecho y sus aspiraciones de broker financiero.
Han pasado 10 años desde la última vez que le vi.
La vida me vuelve a sorprender: sigue usando gomina, pero ahora es un bohemio pintor de éxito, separado y con un hijo. Viaja por todo el mundo mostrando su obra, rodeado de modelos y gente de la nobleza, pasando largas temporadas en Ibiza y llevando pashmina.
Sigue siendo uno de los chicos más guapos del barrio.

No hay comentarios: