martes, 28 de octubre de 2008

FAREZ


Apartamento de ensueño en el centro de París, pagado por el Gobierno.
Era un bajo con un pequeño patio para él solo.
Ser buen estudiante había tenido su recompensa.
Todo parecía idílico, hasta que apareció él.
Gris, pelo largo, con el descaro del que se considera en su casa, y con bastante mal carácter.
En verano a través de las ventanas del patio, entraba en el salón, afilando sus uñas en moquetas y muebles.
La broma ascendió a 800 euros.

Plan de acción 1:
Llamar a la protectora de animales.
Ellos ya le conocían, de hecho, cada vez que le llevaban a sus instalaciones, se escapaba volviendo a la que él consideraba su casa.

Plan de acción 2:
Leche con licor.
Después de su ingestión, entró en un estado de somnolencia que le permite meterle en una bolsa de viaje, y llevarle en el metro hasta el otro lado del vecindario.
En el metro la gente le miraba extrañada, ya que llevaba un gato narcotizado en una bolsa.
Al cabo de 3 días volvió a ver una bola de pelo gris afilando sus uñas en el sofá.

Plan de acción 3:
Palangana llena de agua helada procedente de un gran bloque de hielo.
El intruso es acechado detrás de la cortina, esperando su costumbre de entrar al salón para su tradicional rito de afilado de uñas.
Los efectos por ahora son permanentes (aunque no sabemos si definitivos).

1 comentario:

Anónimo dijo...
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